6 Formas extrañas de que tu vida sexual es diferente a la de otros mamíferos – golinmena.com

6 Formas extrañas de que tu vida sexual es diferente a la de otros mamíferos

Los humanos tienen más en común con otros tipos de mamíferos de lo que piensas. Tenemos la mayoría de los mismos genes, todos sentimos ciertas emociones, y todos tenemos un tipo de lenguaje. Pero cuando se trata de comportamiento sexual, hay mucha variación entre las especies.

Aquí están las mismas formas en que nuestro comportamiento sexual difiere del de otros mamíferos, y las raras razones.

1. En algún momento, los humanos perdieron sus huesos del pene.

Cuando otros mamíferos se rompen, literalmente hueso. De acuerdo con un estudio publicado en el Procedimientos de la Royal Society, un hueso del pene permite que los animales pasen más tiempo teniendo relaciones sexuales, lo que aparentemente deja a otros machos menos tiempo para lanzarse y comenzar a cortejar a la misma hembra. Dado que los humanos son monógamos (al menos teóricamente), los hombres no tienen que preocuparse tanto por rechazar a otros tipos con su basura.

2. No tenemos una temporada de apareamiento.

Mientras que la mayoría de los mamíferos tienden a reproducirse durante una época específica del año, los humanos están listos para ir cuando y donde sea. En otras especies, las temporadas de apareamiento optimizan las posibilidades de que los niños nazcan en ambientes con clima óptimo y mucha comida, de acuerdo con Enfoque científico. Aunque de acuerdo con Mental Floss, las personas son un poco más sexuales en el verano y en el invierno (aunque es posible que tengamos que agradecerle la temporada de abucheos). Y algunos mamíferos, como las ratas, se reproducen durante todo el año.

3. Tenemos nuestros períodos.

Con la excepción de los murciélagos, las musarañas elefantes y otros primates, los humanos son los únicos animales que menstrúan. En la mayoría de las otras especies, el revestimiento uterino que arrojamos se reabsorbe. Lo que los animales con períodos tienen en común, de acuerdo con un documento en BioEssays, es que la hormona progesterona controla el revestimiento del útero. En animales sin períodos, el embarazo mismo engrosa el revestimiento. Controlar nuestros úteros por nuestra cuenta en lugar de acomodar cualquier embrión que llega nos hace menos propensos a quedar embarazadas, lo que nos ayuda a conservar nuestros recursos. Además, la eliminación de este revestimiento puede evitar que los óvulos viejos, que tienen una mayor probabilidad de causar problemas con el feto, se implanten.

4. Muchas hembras son mucho más superficiales sobre la forma en que los machos se ven.

Desde los pavos reales machos, que tienen plumas de colores brillantes (las hembras tienen grises opacos y marrones) hasta los leones con crines majestuosas, los machos compiten más por las hembras al mostrar rasgos físicos llamativos (aunque las hembras de algunas especies hacen lo mismo). Esto varía de una cultura a otra dentro de la especie humana, por lo que hay una buena probabilidad de que tengamos el viejo sexismo llano al que culpar cuando funciona al revés.

5. Somos más a menudo monógamos.

También es probable que haya un componente social en este caso, ya que la monogamia tampoco funciona para mucha gente. Pero la mayoría de las relaciones humanas son monógamas, al menos en muchas culturas, y eso nos hace estar entre el 3 y el 5 por ciento de los mamíferos. Es posible que necesitemos tener al menos dos padres comprometidos porque los bebés humanos son tan difíciles de cuidar.

6. Las hembras humanas son más agresivas, y los machos son más selectivos.

Por la misma razón, los hombres son más propensos a tener signos físicos obvios de belleza, también compiten más agresivamente por aparearse en muchas especies animales, mientras que las mujeres son más selectivas. El objetivo del macho es diseminar la semilla, mientras que las hembras tratan de obtener la mejor semilla. Pero los científicos se están dando cuenta de que esto no describe todas las especies. Los antílopes Topi son una excepción notable, y los humanos también. De acuerdo con un estudio en Tendencias en Ecología y Evolución, las mujeres en algunas culturas tienen la misma probabilidad de ser rechazadas que los hombres. Y si Chicas malas nos ha enseñado algo acerca de la biología, es que las mujeres pueden competir absolutamente por parejas.

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